Bueno, así es como me llama Hipo cuando me ve metida detrás de los plásticos.
Claro, que su sobrenombre no es menos interesante: "el hombre que no temía al frio"... porque él se ducha con la manguera a las 7 de la mañana en la calle (o en el jardín, vamos, que es muchísimo mejor)
El otro, el que falta, dice que necesitará tiempo para adaptarse a su nueva habitación... que como es más grande... Yo creo que lo que realmente no tiene claro es si pensamos dejarlo a dormir en semejante desastre.
Bueno nos invitaras a visitar tu nueva casa, que yo con el AVE estoy a un paso.
ResponderEliminarJoé, chica, pero si ya escribes hasta sin kas :-)
ResponderEliminarPor supuesto, el que quiera saber el final de esta historia tendrá que venir a verla... in situ.
Te voy a poner un chiste de esos que a lo mejor no entienden por Madrid:
ResponderEliminar" Un gorrión natural de Bilbao vuela velozmente por una carretera. En esto que pasa un motorista y le da una hostia que te cagas sin querer con el casco.
El motorista se da la vuelta y tras ver que el pájaro aún respira,se compadece y lo lleva a casa. Lo mete en una jaula aún inconsciente y le coloca un poco
de agua y un poquito de pan.
El tío se marcha a currar y lo deja allí, inconsciente. El gorrión comienza a volver en sí, y medio atontado mira a su alrededor...,ve el pan, ve el agua, ve que está rodeado de barrotes...!
Se lleva las alas a la cabeza y grita:
¡¡¡CAGOENLAHOSTIA!!!
¡¡¡CAGOENLAHOSTIA!!!
¡¡¡QUE ME HE CARGAO AL DE LA MOTO!!!
Faq, ¿nos pones o no nos pones la entrevista esa de la Vanguardia al neurólogo, siquiatra... supermegaguay hablando sobre la educación de los hijos (más o menos)?
ResponderEliminarGracias FAQ por la Cartografía". Ahora ya se pueden planear las excursiones por toda la jurisdicción.
ResponderEliminarQUE CONSTE QUE ESTOY EN TOTAL DESACUERDO CON LAS DECLARACIONES DE ESTE PERSONAJE. SI QUERÉIS ANALIZAR LA ENTREVISTA A MARCEL PUFO, JOER! PERDÓN, RUFO. MARCEL RUFO
ResponderEliminarFaq, gracias por ponernos el enlace aunque bien sé que no estás de acuerdo con lo que dice. Pero... ¿puede existir una sola verdad en el asunto este de la educación de los hijos? Es obvio que si la hubiera, todos la aplicaríamos y santaspascuas. A mi me interesa de la entrevista lo que comenta del insulto, por ejemplo, porque siempre lo he visto como la mayor agresión. Y algo importante: los padres deberíamos olvidarnos de una vez del posible examen social que sobre nosotros pueda recaer (¿qué van a pensar de mi los demás viendo a mis hijos?) y centrarnos en seguir mejorando por la vía que en ese momento consideremos la adecuada. Otra cosa que se me ocurre: nuestros padres no se sentían tan culpables cuando nos estaban educando: ni de darnos los azotes que consideraran oportunos, ni de si no estudiábamos, ni de como vestíamos... en todo caso, la culpa era nuestra (nosotros éramos los vagos o los maleducados o los fantoches...) pero es que ahora estamos criando hijos dónde cada "falta de virtud" parece que recae exclusivamente en un error de los padres (¿cómo no me di cuenta antes?, si hubiera hecho esto...) Culpabilidad, culpabilidad, no te digo ya nada sobre las madres que hemos decidido intentar tener vida propia. Ahí ya es imposible que nada te salga "como debería".
ResponderEliminarOtra cosa: cada día estoy más convencida de que querer a los hijos debe consistir en una cosa muy muy simple para la que no todos hemos nacido y que, de no llegarte a la primera, no la encontraremos por el camino de la responsabilidad o el deber. Deben ser los sentimientos, "esa gran desconocida" :-)
Con lo de las lolitas no estoy en absoluto de acuerdo porque yo era de las de pelo en la cara y jerseis de talla 50. No creo haber sufrido malos tratos ni desprecio... es que yo ya nací con mi lado oscuro a cuestas :-) Culpa de mi padre, claro :-) Aunque ya puestos... casi prefiero echarle la culpa al cura :-)
Vaya tema el de la "Educación de los hijos". Yo tampoco acepto todos los puntos de vista del tal "Pufo", de La Vanguardia. Cada uno hace lo que sabe o puede. Pero no hay nada más feo que "pegar a una madre", en eso estoy de acuerdo, aunque el tal Rufo no lo diga.
ResponderEliminarEl secreto es amarlos mucho y respetarlos como personas. Sufrir cuando ellos sufren y alegrarse cuando ellos se alegran.