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lunes, 8 de octubre de 2007

Buen tiempo


La cámara no le hace justicia, pero esto es lo que había ayer por la tarde. Buen tiempo y la vendimia. Que nos dure hasta que no quede ni un racimo que cortar, porque... mira que es duro vendimiar con las cepas mojadas.

10 comentarios:

  1. La falta de gente en la foto y el buen tiempo dejan bien claro que la gente debe de estar vendimiando. Bueno, me los puedo imaginar pero sin imaginármelos. Aquello que dicen que una imagen vale más que mil palabras. Podrías haber salido a la caza del vendimiador, una de esas instantáneas que refleja el sufrimiento del pobre trabajador cuando deposita la uva sobre el remolque.

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  2. Por la sombra de la fuente más o menos las cuatro. La hora de la siesta :-)

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  3. Nunca hay gente en ese encuadre, Txaku, que no es el Portal ni el Pórtico, que es el Trampón :-)

    Y la foto del que lleva el cesto de uva descargando... para eso hay que ir a vendimiar... no me veo yo apareciendo con la cámara (que no es la de Hipo, que eso ya sería el colmo) retratando a los presentes. Y además, qué menudo topicazo :-)

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  4. La primera vez que fui a vendimiar era muy pequeña. Bueno, recuerdo haberme cortado con el corquete anteriormente, pero no puede decirse que aquello fuera precisamente ir a vendimiar. Simplemente tú estabas ahí, corriendo por la viña y pendiente de que alguien se dejara olvidado aquel cuchillo tan raro para probar. Recuerdo haberme cortado (era obvio... "que te vas a cooooortarrrrrrr...") y también como no hubiera sido aceptable que después de tanta advertencia acudieras pidiendo ayuda. Porque lo único que te podías ganar era un azote, así que me tapé el dedo como pude y me olvidé de seguir haciendo probatinas por aquel día. Bueno, pero hablábamos de la primera vez que yo tengo plena consciencia de haber estado vendimiando, como un hombre más :-) Llovía, eso es casi seguro, y las cepas estaban mojadas. No recuerdo si encontré aquel trabajo duro, supongo que pude llegar a pensarlo, pero tampoco hubiera estado bien visto manifestarlo, ni siquiera pensarlo durante más tiempo del que se dedica a los pensamientos que luego no podrán ser recordados. Pero para entonces ya habíamos recibido nuestra buena dosis de ecuaciones con patas de conejos y gallinas en la escuela, eso si que lo recuerdo, y la contradiccion estaba servida. La lógica es un camino sin vuelta, al menos en las edades en las que nos encontrábamos. Total, que no me importó trabajar, que el hecho de que aquello fuera más o menos duro tampoco debió de tener más importancia, pero lo que si recuerdo casi de forma desconsolada es lo ilógico que encontré aquello, lo mal organizado que estaba, el esfuerzo desmedido sin control sobre los resultados, el peligro de un remolque lleno hasta los topes de uva subiendo por unas cuestas estrechas y empinadas; y peligrosas, muy peligrosas. La irracionalidad del trabajo y el buen hacer de la fuerza bruta. Ese es el recuerdo de mi primera vendimia. No sé como no nos matamos todos por aquella cuesta, por cierto. Porque Dios debía de existir entonces, sería.

    No hay foto :-)

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  5. Los tiempos cambian también en esto, Marideliwess. Ahora se ha impuesto la tijera y cada vez se usa menos el corquete. Se acabaron los tiempos de vendimiar con las cepas mojadas, porque ahora estamos sometidos al análisis químico y con sólo un poco de rocío mañanero te juegas unos cuantos euros. El trabajo ya no se hace en familia, sino que se contratan temporeros con los que convivimos en nuestros pueblos y en nuestros pintxos. Los remolques son más estables, los tractores más potentes, y hasta las cuestas parecen menos empinadas, aunque son las mismas de toda la vida. Pasó a la historia eso de tirar de cesto a lo largo de toda la renque y subir la escalera apoyada en el remolque, y quedó olvidado eso de comer en el campo, eligiendo las mejores piedras para sentarse, haciendo fuego para secarse las mangas y de paso asar la carne. En los pueblos vecinos es lo normal ver trabajar a las nuevas máquinas vendimiadoras, esas que hacen cada una el trabajo de unas sesenta o setenta personas. Y por supuesto, los niños se quedan en casa, no sea que se vayan a cortar.

    Simplemente, hoy corremos otros riesgos, distintos de los de antes, pero lo que no cambia es que sigue siendo una época difícil: de ahí la célebre frase de "pasarlas más putas que en vendimias".

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  6. Tremendamente bucólico. En la ciudad no podíamos disfrutar de las vendimias ni de los animales que acostumbraban a pasear por los pueblos. Vacas si, las que teníamos en la lechería porque antes en las lecherías los animales que suministraban la blanca materia prima estaban "in situ". La vendimia siempre la he vivido, desde la barrera, como una tarea apasionante precisamente por el gran esfuerzo que suponía. Seguramente eso también influía en la calidad del vino.

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  7. ¡Qué menos que un comentario de apoyo a los vendimiadores!
    ¡Aupa! Desde la ciudad para los vendimiadores que todavía cogen con sus manos los racimos, eligiendo los más maduros para ganar en grado. Y que el vino sea generoso conforme al trabajo realizado. El tiempo, según: veo que se anuncian lluvias para hoy en la Rioja. Enseguida os llevamos el mal tiempo, para que descanséis un poco.

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  8. Alguien que nació en vendimias, de toda la vida naciendo en vendimias... decía este verano:

    "Yo ahora tengo que vivir la vida a tope porque... ¿qué me quedan, 5 años de vivir a tope? Luego 10 de adaptarme un poco a lo que venga y luego... luego lo que venga ya de regalo... o sea, que ahora a tope"

    ¿Y quien creéis que puede decir algo así cumpla cuarenta, cincuenta u ochocientosmil años? Pues eso: FELICIDADES!!!, que tú siempre encontrarás un buen argumento para tener que vivir la vida a tope :-)

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  9. Con prisas mas bien,me gustaria contestar al señor liajos:
    ¿No creeras en verdad que andamos eligiendo los racimos más maduros¿no??
    Venga,venga a mover el culo y a tirar de cesto y corquete que ya vamos tarde.

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  10. Pues lo siento anónimo: No sé exactamente cómo va este año el grado de la uva. Tengo entendido que hay poca cosecha y que no pasará como el año pasado que se quedaron en las cepas tantos kilos sin recoger. También entiendo que la vendimia la decide la bodega a la que va la uva, viña por viña, y que luego miden el grado en cada remolque que se descarga.
    Pero no me tomes en serio que yo apenas vendimié, en Labraza; en cambio en Olite me tocó tres vendimias y las tres a destajo, con corquete: para el Conde, para Carricas y otros más, a parte de vendimiar las pocas viñas que tenían los frailes.
    Los tiempos han cambiado y ahora el químico es quien lleva la voz cantante. El espectáculo del año pasado, viendo tantas viñas sin vendimiar me llegó al alma, sobre todo en Moreda.
    Hasta mañana, vendimiadores, a celebrar el Pilar.

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