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domingo, 31 de agosto de 2008

En boca de todos

Otro de los acontecimientos del verano, que yo más recuerde, fue una conversación de esas que nos traemos en el bar de Josua los que ya no salimos a todas las fiestas de los pueblos (si no es para llevar o recoger a algún hijo, claro). Alguien decía que esto de los pueblos era así: que se habla, que todos estamos en boca de todos y que puedes llegar a sentir que careces de la más mínima intimidad. El "estar en boca de todos", se matizaba, no tenía porqué ser para hablar mal de la gente, pero se entendía que tampoco podía ser nada muy bueno. Yo insistía en que no, en que quizá eso pasaba en pueblos más grandes, con gente más desocupada o variopinta o dónde los problemas de subsistencia no fueran tan apremiantes, pero que no era el caso de Labraza, que no recordaba haberme sentido agobiada en mi juventud por lo que en el pueblo pudiera hablarse o dejar de hablarse de mi. Hablaba de mi juventud, claro, porque daba por hecho que es esa la etapa dónde ese tipo de intimidad puede resultar más necesaria y porque, en el fondo, me niego a aceptar que las habladurías puedan condicionar la vida de las personas adultas, ya de por sí tan complicada :-) No sé que pensáis vosotros. La gente, también en los pueblos, ha tenido que seguir viviendo e, inevitablemente, hasta el más cotilla se ha encontrado con una hija o hijo separado, casado con otro separado o directamente drogadicto él mismo (por exagerar). Como en las ciudades, como en todos los sitios. Quiero decir: que no entiendo a que viene ese sambenito de los pueblos y que, probablemente, responda a otra época, otro tiempo que ya no es este tiempo. O no necesariamente.

Otro día hablaremos del poder, que también fue bueno :-)

Oye, faq, ponme una foto que luego dicen que meto unas chapas que ni el mismísimo jesucristo.

2 comentarios:

  1. Particularmente me da exactamente igual que hablen mal o bien de mi persona. Los comentarios no dejan de ser simplemente comentarios, movidos unos por envidias, otros por admiración o simplemente por tener un motivo de conversación. El tiempo todo lo pone en su lugar y cada uno se queda por lo que es, y los que hablan..... por cotillas y malas personas.

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  2. Yo tan chulita no soy :-), pero si, quizá sea la postura más inteligente.

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