
Hacía más de media hora que habíamos cruzado la medianoche. Yo apuraba mi gin-tonic mientras manteníamos una de esas conversaciones que parecen arreglar el mundo en un "tris". Alguien miraba de reojo la postura de Joshua apoyado en la barra del bar. Ya sabéis esa postura que todos conocemos y que nos indica que hay que abandonar la nave cuanto antes mejor.
Fuego, fuego... grito ella mientras nosotros nos levantábamos de las sillas como accionados a distancia. Ella le hizo algún comentario sobre fuego, coche y no se que más que le hizo cambiar el semblante.
Guiados por el olor a hierba, mala hierba, llegamos al lugar del suceso justo detrás de la campiña en la muralla del amanecer dónde antaño se ubicaba el vertedero. El lugar estaba envuelto en llamas y el humo tapaba aún más la noche cerrada. Una hilera de personas contemplaba desde la muralla el hipnotizador espectáculo que el fuego representa. Zanahoria tirando manguera y "Charly" en el tajo intentaban controlar la situación. Después se fueron añadiendo Iturriaga, Tasio, Miguel, Mary Carmen.... Todo eso mientras la mayoría mirábamos desde lo alto de la muralla. Se presentó una pareja, no de guardias civiles, para cerciorarse de la magnitud del suceso y ante semejante incendio se decidió llamar a los bomberos para que abortasen su misión.
Pues nada, que todo lo acontecido desencadenó conversaciones muy interesantes y nos dieron las dos y las tres y bla, bla, bla.