Alguien tiene que cerrar NY

Marideliwes sigue en las nubes, no tiene pintas de que vaya a bajar de momento, así que me toca a mi contaros las cuatro cosas que me se de su viaje, de su famoso viaje a Nueva York, antes de que vuelvan los de los cocodrilos, y antes de que entremos en las conclusiones de la junta de Alepo :-) que se nos entán juntando los acontecimientos.

Por lo que yo he deducido, NY es como todo, pero con de todo y con mucho de todos esos todos . No es exactamente como Labraza, no, eso no lo ha dicho ella, no exageremos. Los edificios son enormes, siempre encendidos desde lejos, muchas luces en los carteles luminosos y unos escaparates preciosos, es cierto, y gente, mucha gente de todos los colores por las calles. Y sin embargo la sensación de estar como en casa. En una casa más divertida que la tuya, claro, dónde seguro que encuentras lo que te hubiera gustado. Una especie de desinhibición y una ciudad enormemente creativa, dice la wes. Normal, digo yo, entre tantos y tan distintos... y las famosas avenidas esas... pues tampoco serán para tanto... La Plaza, se me ocurre a mi, no desentonaría para nada en NY. Sobre todo uno de esos domingos soleados en los que se llena el pueblo de turistas y lo mismo ves un grupo de pieles rojas que grupos de señores muy finos, como de Donosti, y a la pinganilla que sale o vuelve con los chiquillos y a ronny que te saluda desde el balcón (es su jornada de limpieza) y a la wes que va a tirar la basura con los pelos que lleve en ese momento y de repente, llegara el coche de Carlitos e hiciera un trompo.

NY dice ella que es como si en un sitio, tu sitio, se concentraran todas las cosas que pasan en un dia, o en un año, en un solo instante y tuvieras que atender a todo y entonces la vida no pudiera ser aburrida nunca, si acaso autista. Y digo yo que a lo mejor es por querer ver demasiado. Si a ti te gustan los museos, por ejemplo, con 1 ó 2 es más que suficiente para una semana, no?. Pues no, ella se vio 4 y te tiene que entrar tal empacho de Picasos y de Kadinskys y de arte moderno en general (y de feminsitas americas en particular) que en una de esas te topas con las Señoritas de Avignon y lo único que puedes pensar es... coño, pero estas también están en Nueva York... En NY, en Manhattan que es mayormente lo que ellas se patearon , tu puedes hablar en el idioma que quieras y escuchar el que a otro le de la gana y para nada ninguno de los dos vais a pensar que a lo mejor lo que tenéis es un problema en la boca. Como mucho te confundirán con una italiana, que tampoco está nada mal, la verdad. Lo que a marideliwes le sorprendió de los neoyorquinos fue el sentido del humor. Y el sentido del espectáculo de la peña y lo bien que saben venderse. Topicazo, pero cierto, dice marideliwes.

La wes y su amigota madrugaban bastante y se pegaban el día de museos o pateando la ciudad, yendo a sitios que la amigota, que era la que iba más empollada, asociaba a momentos intelectualmente importantes de sus vidas, mientras marideliwes se colgaba cada poco. Eso no hace falta que me lo jure. Ronny, la wes subió al Empire State y se asomó a la terraza, con todo ese vientazo. Ya puestos, debió de pensar, que más da 8 que 800? Por la noche, si no salían, se quedaban en el hotel bebiendo whisky (con mucho agua, que también era buena), leyendo y planificando el día siguiente, escuchando música de la Velvet Underground y comentando el hacer de los distintos programas de la tele (tan parecidos a los nuestros pero en exagerados) y pensando, las dos, que si volvieran a nacer, más o menos a la edad en que se conocieron, que debe de hacer más o menos como un siglo, las dos se hubieran venido a vivir a NY.

Así que como para hacer ahora a la wes que baje de una puñetera vez de las nubes y asuma que tiene que volver y repartir los 4 regalos que compró (que rata es un rato, por cierto) y contar las cosas que vio y copiar las fotos en cds para enviárselas a su amiga y a la de Mondragón, que se quedó allí. Y que los libros y la pelis americanas que parece que ahora mira como si todos fueran nuevos han estado siempre allí y que a Paul Auster bien podría haberlo leído sin haberse tenido que ir antes a New York y al Moby ese lo tiene también aquí hasta en los anuncios. Y lo de las judías (judías de Los Judíos) no, eso si que ella no lo había visto ni imaginado nunca antes en NY. Y sinembargo. Quizás si le digo que aquí puede seguir fumando en los bares y que siempre puede volver a NY y recuperar aquella postal que se dejó en el Museo de Brooklyn de la Patti Smith fotografiada por Annie Leibovitz. Por no andar lista, marideliwes, que siempre te lo digo: que lo importante en esta vida es andar lista. Aquí y en Nueva York.

Ah, os pongo una fotito de una de las láminas que se ha traido. Tiene guasa: Seven A.M. de Edward Hopper.