La celebración del
solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad. En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días era cada vez más cortos. Por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano, o 20 de junio, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.
El gran protagonista de la Noche de San Juan es el fuego, cuyo fin no sólo es rendir tributo al sol, sino también purificar los pecados del hombre .
La actual fiesta de San Juan reúne una espléndida colección de ritos donde los elementos de la naturaleza (agua, fuego, tierra), símbolos de los viejos y los nuevos credos, nos acercan de forma peculiar al universo teogónico de nuestros antepasados más remotos.
(euskonews)