El amante, lo reconozcamos o no, es una idea que aparece tarde o temprano en la vida de toda mujer casada o ex-casada, aproximadamente, junto a la visión horrorizada de sus brazos en una fotografía. Cuando la idea del principie azul ha sido superada (bien por inteligencia innata, bien por un proceso lógico de maduración, bien porque conseguiste hacerte su esposa) aparece, para fastidiar, la figura del amante.
Es una figura tan hermosa como la del príncipe azul, pero con la ventaja de que no necesitas atribuirle todas las cualidades del anterior. A saber: no esperas de él que comparta las tareas del hogar (más bien no estás dispuesta a compartir ningún hogar con él), ni que sea cariñoso con los niños (lo que menos esperas es compartirlo con niños, te vuelves muy egoísta), ni que tenga un elevado nivel social (del príncipe azul tampoco, pero a fin de cuentas algo de pedigrí ya buscabas), ni que sea rubio y con los ojos azules (un moreno está mejor y nada de ojos azules, bien negros).
Del amante esperas otras cosas: que te saque de tu mundo, que haga locuras por ti (locuras, pero discretas, entendámonos, y nada de hacerte escalar montañas o tirarte en paracaídas ), que te llene de energías y que no te hable de economía, ni de política, ni de trabajo, ni de nada que pueda recordarte tu vida de consciencia. Los amantes deben ser expertos en música o ser medio bohemios o ser poetas o haberlos conocido en clase de yoga. Para amantes pueden servirte también antiguos novios a los que abandonaste y no consiguieron adaptarse del todo al sistema. Buscar un amante en el trabajo, por ejemplo, solo está indicado si eres una adicta al idem y estás muy segura de ti misma (que no suele ser el caso a la edad que nos ocupa salvo raras excepciones).
Un amante debe ser, sobre todo, muy romántico, el último romántico de tu vida. Y no sirve un SEÑOR, ¿para qué narices quieres tú un SEÑOR en tu vida?
(a mis chicas y a nuestros amantes imposibles)
lunes, 23 de mayo de 2005
viernes, 6 de mayo de 2005
NUEVO MIEMBRO EN EL CLUB
Acaba de nacer y se llama JAVIER MARTINEZ DE OLCOZ ORTIZ. El y la madre están estupendos. Enhorabuena Ronillas te has portado como un hombre.
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